miércoles, 22 de abril de 2015



La empatía y cómo influye en la Enfermería

La empatía es una cualidad y también la capacidad que tiene el ser humano para conectarse con otra persona y responder adecuadamente a las necesidades del otro, al compartir sus sentimientos, e ideas de tal manera que logra que se sienta bien consigo mismo.

La empatía tiene beneficios como:
·         Aumentar la capacidad para relacionarnos socialmente.
·         Ayuda a sentirnos bien cuando respondemos a las necesidades que otros tienen.
·         Potencia el altruismo.
Asi mismo también tiene sus peligros, los cuáles son:
·         Nos puede hacer esclavos de las necesidades de los demás.
·         Puede  dificultar la expresión de nuestras necesidades.
·         Puede acabar impulsando las explosiones de ira al frenar nuestras necesidades.
·         Puede usarse como forma de comunicación, haciendo que se expresen malestares para que los demás puedan empatizar con uno mismo.
·         Incrementa las conductas antisociales.

            Esta lista se irá explicando a lo largo del documento. Para poder ampliar cada punto en ella.

La empatía es una acción cotidiana de las personas, existe a partir del contacto con otro ser humano, desde la familia o personas con las que vivimos hasta la mesera que toma nuestra orden en un restaurante.

La empatía requiere  de prestar atención a otra persona, aunque es un proceso que se realiza en su mayor parte de manera inconsciente. Requiere también ser consciente de que alguien pueda sentir y pensar de modo similar a la de otra persona, pero incluso diferente.  Aunque suene complicado no lo es, al contrario es algo que sucede a diario un ejemplo de esto sería que tal vez a una persona no le moleste un determinado comentario o broma, pero a otra persona si puede molestarle.

La persona empática es capaz de darse cuenta que dicho comentario ha molestado a la persona aunque ella se sienta de manera distinta. Esto solo es parte de las múltiples personalidades que tiene el ser humano.

La empatía nos permite saber relacionarnos en el entorno social y adaptarnos sobre todo cuando queremos cumplir con las expectativas que los demás tienen sobre nosotros. Gracias a la empatía podemos sentirnos alegres, nerviosos o tristes cuando conseguimos o  no que otros se sientan bien.

La empatía también es una acción voluntaria, si bien todos los seres humanos son empáticos no todos se prestan a este tipo de conexión con los demás y no tiene una obligación de hacerlo. Es por esto que el grado de empatía varía de una persona a otra. En función de los grados de empatía que cada individuo desarrolle, se necesitara más o menos información por parte de los demás para saber cómo se sienten.

 Las personas con una mayor capacidad de empatía son las que mejor saben “leer” a los demás. Son capaces de captar una gran cantidad de información sobre la otra persona a partir de su lenguaje no verbal (sus palabras) como el tono de su voz, su postura o su expresión facial.
Y  en base a esa información, puede saber lo que está pasando dentro de ella, o  lo que está sintiendo. Además, dado que los sentimientos y emociones son a menudo un reflejo del pensamiento, son capaces de deducir también lo que esa persona puede estar pensando.

En general, es fácil para la mayoría de las personas tener una respuesta empática ante un daño físico ocurrido a otra persona. Por ejemplo todos sabemos cómo se siente  un golpe en la espinilla, porque todos lo hemos experimentado y es fácil sentir el dolor de la persona que vemos recibir el golpe. No obstante, para evitar el malestar que se siente, muchas personas reaccionan riéndose. De este modo, se libran del dolor, aunque también se alejan de una respuesta empática.

Cuando no se trata de dolor físico, sino emocional, puede ser más difícil saber lo que la otra persona está sintiendo y requiere un grado de atención y de conciencia más complejo debido a que la empatía es una elección, y una elección vulnerable porque para conectarse con el otro individuo debemos conectarnos con algo en nosotros mismos que reconozca ese sentimiento.

Puede no ser la misma situación pero si una muy similar, que haga a la persona experimentar ese sentimiento. Decimos que es una elección, porque existe un punto en el desarrollo de la conexión donde se puede mediar el grado de empatía con esa persona.

A la empatía erróneamente se le conoce como sentir gustos iguales a las de las demás personas con las que convivimos pero como ya habíamos mencionado no se puede tener gustos iguales sino similares. De poder tener gustos iguales entenderíamos a los demás seres humanos, la empatía no garantiza entenderlos, pero si comprender la mayor parte de las razones que existen para que estos tiendan a actuar o sentir del modo que lo hacen.

Y no garantiza entenderlos porque cuanto mejor se entiendan las razones de otros para actuar como lo hacen, más fácil es posponer las necesidades propias. Cayendo en un egoísmo con uno mismo. La realidad es que no es lo mismo entender que justificar, pero en ocasiones la línea se hace muy fina para algunas personas.

También se le conoce como ponerse en el lugar de la otra persona y ver por lo que la otra persona está atravesando, muchas personas hacen referencia a esta acción como “ponerse en los zapatos” de la otra persona.

Si bien ya hablamos de que no todas las personas tiene el mismo grado de empatía, una persona puede aumentar su capacidad de empatía observando con más detalle a los demás mientras habla con ellos, prestándoles toda su atención y observando todos los mensajes que esa persona transmite, esforzándose por ponerse en su lugar y “leer” lo que siente. Pero la empatía es mucho más que saber lo que el otro siente, sino que implica responder de una manera apropiada a la emoción que la otra persona esta sintiendo.

El hacer referencia a responder de una manera apropiada no quiere decir precisamente que tenemos que buscar la respuesta a sus problemas. Normalmente lo intentamos y lo que hacemos es tratar de ver el lado positivo del caso. Es una actitud muy usual que a veces hacemos frente a conversaciones difíciles para tratar de sobrellevar el momento. Porque la verdad es que casi nunca una respuesta puede mejorar la situación.

Otra cosa que es cierta y muchos no lo ven así es que cuando una persona con pena te cuenta algo, no quiere una mente que resuelva su problema sino dos oídos que escuchen su dolor.

Si mientras hablas con alguien estas más al pendiente de tus propias palabras, de lo que dirás después, de lo que hay a tu alrededor o de ciertas preocupaciones que rondan tu mente, tu capacidad para “leer” a la otra persona no será muy alta. Pues solo estás pensando en ti mismo.

La falta de empatía puede verse a menudo al observar las reacciones de los demás. Cuando una persona esta principalmente centrada en sí misma, en satisfacer sus deseos y en su propia comodidad, no se preocupa por lo que los demás puedan estar sintiendo y no tiene una respuesta empática ante ellos.

La empatía forma parte de la destreza básica de la comunicación interpersonal, ella permite un entendimiento solido entre dos o más personas, en consecuencia, la empatía es fundamental para comprender a profundidad el mensaje del otro y así establecer un diálogo.

La habilidad de la empatía empleada con acierto facilita el desenvolvimiento y progreso de todo tipo de relación entre dos o más personas. Esta habilidad de inferir los pensamientos y sentimientos de otros, genera sentimientos de simpatía, comprensión y ternura. No debemos confundir la empatía con la simpatía, la empatía alimenta la conexión, la simpatía lleva a la desconexión.

También genera actitudes altruistas, esto es la capacidad que tenemos las personas de dar, a cambio de la simple satisfacción de haber ayudado y de haber generado un bienestar en el otro.

La empatía puede generar serios problemas si está en exceso o por defecto, la falta de empatía precipita el egoísmo en las personas, de llevar esta situación a un extremo se le define como un trastorno como lo es una personalidad antisocial.

En los casos en que la empatía se encuentra  en exceso se convierte en un problema porque la persona puede constantemente intentar saber cómo se sienten otros, como impulsar un estado de felicidad. Puede llegar el caso en el que estar bien o mal este solo en función de poder responder, ayudar o reducir las necesidades de los demás. Esto crea una dependencia mutua, tanto de la persona que necesita de la ayuda porque pierde su capacidad de resolver sus problemas solo, como de la persona empática.

            A esta última se le afecta de diversas formas, debido a que el exceso de empatía suele asociarse a altos niveles de ansiedad social y la dificultad para negociar las necesidades que uno mismo tiene. Como ya lo habíamos mencionado.

Hace que las personas  con esta característica sean muy adaptables y poco conflictivas. Obteniendo como recompensa ese bienestar al ayudar, pero acumulando niveles de ansiedad y nerviosismo que puede volverse insoportables para quien los sufre.

También puede generar explosiones de ira al frenar las necesidades tras haberse callado por largo tiempo situaciones que les ha molestado, a menudo la empatía es utilizada para evitar expresar su necesidad.

Cuando la sensación de injusticia crece o cuando se siente muy enfadados porque se rompe con los razonable es entonces cuando convierten a los demás en personas  mala y sin valor, haciendo nula la empatía con ellas y puedan explotar mencionando todo lo que les molesta, con frecuencia las personas que explotan tras haberse callado todo terminan llenándose de culpa por decir las cosas de esa forma, sin pensarlas únicamente como las sintieron en ese momento y reaccionando solo a algo “el impulso de la Ira”.

Este patrón se podrá volver a repetir si solo se ocupa la empatía para arreglar la situación, debido a que existe también el factor culpa.

Otra forma de mal emplear la empatía es utilizarla como medio para manifestar su necesidad desde el malestar o desde expresiones indirectas de una necesidad, como demostrar enfado o rabia quedándose callados, respondiendo con monosílabos, poniendo malas caras o muecas. Pero solo son intentos de que los demás sientan empatía con ellos y actúen en pro de ellos. Sin arriesgarse a generar conflictos o si estoy ocurren no exista reclamos o reproches.

Este mecanismo suele producir gran desgaste y culpa en quienes tienden a estar constantemente resolviendo las necesidades de ese tipo de personas. Este rasgo fue mencionado en la lista al principio del documento como “Nos puede hacer esclavos de las necesidades de los demás.”

Hasta ahora hemos hablado de la empatía en un contexto amplio, sea positivo o negativo forma parte de ella, pero todo anterior era importante para dirigir la atención a lo siguiente.

En la Enfermería la empatía en una herramienta básica en el trato con el paciente por diversas razones, una de ellas y la más importante  es que para nuestro proceso enfermero necesitamos de una historia clínica de la cual una parte fundamental son antecedentes y esto no se pueden conseguir sino es por medio de una entrevista, donde se necesita de esa habilidad para leer a la persona. Y que la empatía se usa, esto con el fin de desarrollar la conexión y exista la confianza necesaria para que la persona nos diga tal vez no todo pero si lo básico para poder ayudarlo.

Otra razón diferente a la antes ya dicha, es que nosotras somos las que más en contacto estamos con los pacientes, ellos como cualquier ser humano necesitan de ser escuchados, sobretodo sino cuentan con familiar cercano a ellos. Es aquí donde buscan esa conexión para expresar su sentir. Esto ha sido analizado con anterioridad por Theresa Wiseman una erudita en Enfermería, investigo varias profesiones en las que es importante la empatía.

Ella propuso 4 atributos de la empatía:

1.- Tener perspectiva: Es poder tomar la perspectiva de la otra persona y reconocer esa misma perspectiva como la verdad que está viviendo pero sin volver esa perspectiva como la verdad absoluta. 
2.- No emitir juicios: Esto no es fácil dado que lo primero que hacemos las personas es emitir un juicio, sin tener las bases suficientes para hacerlo.
3.- Reconocer las emociones de la otra persona: Visualizar si se trata de alegría, tristeza o dolor lo que la otra persona está experimentando
4.- Y comunicárselo: Al mencionar comunicárselo no queremos decir informarle a la persona que se siente de cierta forma como si no lo supiera. Es decirle a la otra persona que comprendemos lo que le está pasando, que sabemos que se siente y que no está solo.

Estos 4 atributos son elementales para crear la conexión con el paciente, sin olvidar el objetivo, porque tampoco podemos ser el paño de lágrimas de toda persona que se nos presente ya que como hemos visto esto también repercute en la persona empática.

La empatía a pesar de todos sus peligros es una cualidad con la que hemos sido dotados para ayudar a los demás, sin llevarla a un extremo, esto es que por no ser egoístas con los demás seamos egoístas con nosotros mismo creando así una conducta autodestructiva porque también es parte importante en muchas profesiones sobretodo en la de Enfermería.












Bibliografía

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